La marihuana es nativa de Asia Central y es la droga conocida más antiguamente, pues en el libro Herval del emperador chino Chein Hum, que data de hace 47 siglos, se describe una planta cuya descripción corresponde al cannabis. En Oriente, la marihuana se consume desde tiempos muy remotos con fines religiosos, esotéricos y terapéuticos. Parece ser que en el año 7000 a. C. los escitas llevaron el uso del cannabis al mundo europeo. Debido a que el islam prohíbe el consumo de bebidas alcohólicas, en el Oriente Cercano el cannabis es el intoxicante preferido desde hace muchísimos años. En Occidente se encuentran referencias al consumo de derivados cannábicos desde Heródoto, quien describe “el cultivo de cáñamo en las orillas del Mar Caspio y el Lago Aral”. En el oráculo de Delfos, la pitonisa para entrar en trance místico cubría con una esterilla de cáñamo una grieta por la cual salían gases calientes. En la civilización grecorromana era común la utilización de cannabis como instrumento recreativo para fiestas. En 1290, Marco Polo en sus viajes legendarios lleva el hachís de Oriente a Europa. En el siglo XIX, en 1840 se conforma en París el “Club de consumidores de hachís”, integrado por escritores (Gautier, Baudelaire, Nerval, Balzac, etc.) y artistas de la época quienes la utilizaban para aumentar sus capacidades creativas. En 1845, el psiquiatra J.J. Moreau de Tours publicó en su libro Du Hashisch et l’Alienation mentale sus experiencias con esta sustancia en el estudio y el tratamiento de las enfermedades mentales.
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